Embarazo en adolescentes

Embarazo no deseado? ¿Has oído este término? Seguramente sí. En la actualidad se refiere a la llegada de un niño que sus padres “no lo desean”. ¿Será esto posible? ¿Existirán personas en el mundo que sean no deseadas por nadie, que sería mejor que desaparecieran o estuvieran muertas? ¿No será una visión profundamente egoísta, discriminatoria y poco humana?

Para hablar de embarazos que llegan de forma sorpresiva nosotros proponemos hablar de “embarazos inesperados”, pues aunque en un principio los padres o la madre no sepan cómo afrontar esta situación, la realidad puede cambiar, ya sea dentro de su propia familia biológica o al recibir al nuevo bebé en una familia adoptiva.

Efectivamente, tener relaciones sexuales en la adolescencia y la juventud, fuera de una relación de amor, fidelidad y compromiso para toda la vida, es decir dentro del matrimonio; aumenta el riesgo de vivir la maternidad y paternidad antes de tiempo.

Un embarazo en la adolescencia puede afectar la salud de la madre y de su hijo; así mismo, tanto el hombre como la mujer se exponen a encontrar menores oportunidades de educación y limita sus posibilidades de conseguir en el futuro un buen empleo.

También existen consecuencias físicas en los niños que nacen de mamás adolescentes; por ejemplo, ellos tienen más riesgo de:

  • Tener bajo peso al nacer1.
  • Nacer antes de tiempo2,3.
  • Tener talla pequeña para la edad gestacional4.
  • Nacer con malformaciones5.
  • Presentar mayor posibilidad de mortalidad neonatal6,7,8 e infantil9.
  • Tener accidentes en la infancia, problemas de aprendizaje, de salud mental, y sufrir maltrato10.

Los niños que nacen de padres adolescentes tienen hasta 60% más posibilidades de morir.11 Cuanto más joven sea la madre (menor de 18 años), mayor será el riesgo para el bebé de morir durante el primer año de vida.12

Los datos científicos indican que las mujeres jóvenes que inician las relaciones sexuales durante la adolescencia tienen más probabilidad de ser madres adolescentes13 y este dato lo podemos corroborar con lo que actualmente sucede en México.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 realizada por el gobierno indica que de las chicas adolescentes (12 a 19 años) que tienen relaciones sexuales (que solo son el 21.5% de todo el país), el 51.9% (es decir más de la mitad) han estado embarazadas.14 Es decir, que tener relaciones sexuales durante la adolescencia es como echar una moneda a la suerte para embarazarte, tienes más del 50% de posibilidades que esto suceda.

Aunque la llegada de un hijo es siempre un gran regalo de la Vida, ser madre adolescente no es fácil, pues la mayoría terminan como madres solteras y esto las afecta a ellas y también a sus hijos; aumenta la posibilidad de tener carencias nutricionales, enfermedades, bajo nivel educativo y un medio familiar poco apto para recibir al bebé y protegerlo15; además que se presentan más matrimonios no deseados e inestables16, lo cual se asocia con:

  • Dependencia económica y pobreza.
  • Presencia de depresión17.
  • Abuso infantil.
  • Limitación para seguir estudiando18 y deserción escolar19.
  • Trabajos informales20.
  • Actividad criminal21.

Las estadísticas oficiales señalan que las niñas que nacen de madres adolescentes tienen más probabilidad de también convertirse en madres adolescentes22. En el caso de los niños varones que nacen de madres adolescentes, tienen una tasa superior al promedio de ser arrestados y encarcelados.

Los niños tiene el derecho de nacer en las mejores condiciones, y esto significa nacer en una familia donde su papá y su mamá estén casados, se quieran, les den ejemplo de amor y los cuiden. ¿No sería este nuestro deseo para todos los niños por nacer?, ¿No valdría la pena luchar por esto?

Referencias

1 Martins Mda G, Dos Santos GH, Sousa Mda S, Da Costa JE, Simões VM. Association of pregnancy in adolescence and prematurity. Rev Bras Ginecol Obstet. 2011;33(11):354-60.
2 Jolly MC, Sebire N, Harris J, Robinson S, Regan L. Obstetric risks of pregnancy in women less than 18 years old. Obstet Gynecol. 2000;96(6):962-6.
3 Santos GH, Martins Mda G, Sousa Mda S, Batalha Sde J. Impact of maternal age on perinatal outcomes and mode of delivery. Rev Bras Ginecol Obstet. 2009;31(7):326-34.
4 Fraser AM, Brockert JE, Ward RH. Association of young maternal age with adverse reproductive outcomes. New Engl J Med. 1995;332(17):1113-7.
5 Gortzak-Uzan L, Hallak M, Press F, Katz M, Shoham-Vardi I. Teenage pregnancy: risk factors for adverse perinatal outcome. J Matern Fetal Med. 2001;10(6):393-7.
6 Chen XK, Wen SW, Fleming N, Demissie K, Rhoads GG, Walker M. Teenage pregnancy and adverse birth outcomes: a large population based retrospective cohort study. Int J Epidemiol 2007; 36(2):368-73.
7 Chen XK, Wen SW, Fleming N, Yang Q, Walker MC. Increased risks of neonatal and postneonatal mortality associated with teenage pregnancy had different explanations. J Clin Epidemiol. 2008;61(7):688-94.
8 Cunnington AJ. What’s so bad about teenage pregnancy? J Fam Plann Reprod Health Care. 2001;27(1):36-41.
9 Donoso Siña E, Becker Valdivieso J, Villarroel del Pino L. Birth rates and reproductive risk in adolescents in Chile, 1990-1999. Rev Panam Salud Publica. 2003;14(1):3-8.
10 Cavazos-Rehg PA, Krauss MJ, Spitznagel EL, Schootman M, Cottler LB, Bierut LJ. Substance use and the risk for sexual intercourse with and without a history of teenage pregnancy among adolescent females. J Stud Alcohol Drugs. 2011;72(2):194-8.
11 Tripa J, Viner R. Sexual health, contraception, and teenage pregnancy. BMJ. 2005;330:590-93.
12 Malamitsi-Puchner A, Boutsikou T. Adolescent pregnancy and perinatal outcome. Pediatr Endocrinol Rev 2006; 3 Suppl 1:170-1.
13 Waldron M, Heath AC, Turkheimer E, Emery R, Bucholz KK, Madden PA, et al Age at first sexual intercourse and teenage pregnancy in Australian female twins. Twin Res Hum Genet. 2007;10(3):440-9.
14 Gutierrez JP, Rivera-Dommarco J, Shamah-Levy T, Villalpando-Hernandez S, Franco A, Cuevas-Nasu L, et al. Encuesta Nacional de Salud y Nutricion 2012. Resultados Nacionales. Cuernavaca, Mexico: Instituto Nacional de Salud Pública, 2012.
15 Pantelides EA. Aspectos sociales del embarazo y la fecundidad adolescente en América Latina. Organización de las Naciones Unidas; 1998, pág:11.
16 Lee SH, Yen CH, Wu WY, Lee MC. A review on adolescent childbearing in Taiwan: its characteristics, outcomes and risks. Asia Pac J Public Health. 2007;19(1):40-2.
17 Holzman C, Eyster J, Tiedje LB, Roman LA, Seagull E, Rahbar MH.A life course perspective on depressive symptoms in mid-pregnancy. Matern Child Health J. 2006;10(2):127-38.
18 Chagas de Almeida MC, Aquino EM. Adolescent pregnancy and completion of basic education: a study of young people in three state capital cities in Brazil. Cad Saúde Pública. 2011;27(12):2386-2400.
19 Molina M, Ferrada C, Pérez R, Cid L, Casanueva V, García A. The relationship between teenage pregnancy and school desertion. Rev Med Chil. 2004;132(1):65-70.
20 Lara MA, Berenzon S, Juárez García F, Medina-Mora ME, Natera Rey G, Villatoro Velázquez JA, et al. Population study of depressive symptoms and risk factors in pregnant and parenting Mexican adolescents. Rev Panam Salud Publica. 2012;31(2):102–8.
21 Brindis CD. A public health success: understanding policy changes related to teen sexual activity and pregnancy. Annu Rev Public Health. 2006;27:277-95.
22 Whitehead E. Understanding the association between teenage pregnancy and inter-generational factors: a comparative and analytical study. Midwifery. 2009;25(2):147-54.